No hay manera de averiguar dónde aterriza la próxima caricia. Es mi acertijo favorito, el que más me gusta plantear ante un cuerpo desnudo o ligero de equipaje. No es tampoco un secreto, más bien lo contrario, me gusta acariciar y que no conozcas mis intenciones, el terreno por explorar, la estrategia y el despliegue de mis tropas de invasión. Tienes que dejarte hacer e intentar adivinar dónde empieza el primer escalofrío, te doy una pista: de dentro, de muy dentro. El resto se desconoce por completo y justo ahí reside el misterio. De tarde en tarde serán arañitas marrulleras, un ejército de hormigas en busca del prodigioso miligramo (en formación, bien adiestradas, de firmes propósitos), a veces incluso manos enteras que se lanzan como kamikazes a estrellarse contra tu luminosa espalda de luciérnaga , quizás para estallar sobre tus infinitos muslos de
femme fatal con el esperado final de no volver a levantar altura. Y quién querría.
Se sabe en parte que los mejores puntos de partida son ciertos repechos deshabitados que andan esperando un primer temblor que apresure el efecto dominó. Las zonas de mayor curvatura, no por ser las más peligrosas -sino las más agradecidas- también se deben incluir en el itinerario. Trayectos de recorrido incierto que arrancan en un enredo cualquiera de pelo (que deberá ser desmadejado adecuadamente), hasta unos tobillos desabrigados o una maraña de pies que se enredan y desenredan a su antojo.
El resto no se puede contar. Todo por mantener la incógnita sin despejar.
5 desvaríos:
A veces es muy agradable convertirse en planeta inexplorado y dejar que un intrépido aviadro se encapriche de tus dunas y grutas. Sin ánimo de resultar pornográfica, los cuerpos están hechos para ser recorridos, con los ojos, con las manos, con el recuerdo. Violeta.
Concentración y sigilo. Después que la avanzada de reconocimiento entregó la información correspondiente, mis primeros comandos desembarcaron en tu playa dorada y penetraron selva adentro a tomar ubicación.
Muy bueno, Puzzle.
...y como que vas y no, te adelantas y te devuelves, reptas, saltas y cabalgas, como esquivando el impulso sólo para hacerlo más intenso,
bello
C.
Brillante el post, pero los comentarios no le van a la zaga. Gracias.
Bonita figura la de recorrer un cuerpo con el recuerdo Violeta. Buenas noches
Gracias a todos por los comentarios, Omar tiene razón, realmente son añadidos de lujo.
Violeta: cuánta luz arrojas cada vez que dejas una de tus miguitas de pan para que no me pierda.
Doc, Cpunto: Dan ganas (junto con lo que dijo Violeta) de agregar vuestras palabras al texto original y que queden fundidos a la idea primera.
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