Envejeceré bien, con mis achaques y mis cosas, aparentando menos , rodeado de libros y moleskines manchadas de tinta (los pilot no se inventaron para zurdos) , de fotos desordenadas y canciones adheridas a cada recuerdo. Te veo entrando por la puerta, hola amor cómo te fue, y yo cerrando a Cortázar por la página cincuenta y pico, beso y sonrisa, ya sabes me pillas leyendo y qué bien que escribe este cabrón, no es justo pero así debe ser. Te hace gracia porque es lo mismo que digo hace mil años cada vez que abro un libro, porque allí están ellos agazapados , preparados para fingir el reencuentro de dos viejos amigos que se cruzan de vez en cuando, aunque todo esté –en realidad- preparado y ocurre tal cual se planeó. Te sientas al lado, abrazo y sonrisa, me fue bien pero te echaba de menos, me gusta que lo digas aunque te tomo el pelo, qué lees, descorchemos una botella de vino o mejor preparemos chocolate con picatostes, estoy con Rayuela empezando por el final, tú estás con Silvina y con Bioy. Hace una tarde preciosa y la ciudad está enamorada, por eso se atreve con su mejor vestido . Vayamos al cuarto , que hoy ya hemos alimentado el espíritu y no es cuestión de abandonar la carne.
6 desvaríos:
Je je je ... muy bueno, muy bueno.
Claro y transparente - sin explosiones hollywoodenses.
Vida.
Muy lindo.
la vejez vedrá, cierto, y los achaques todos juntos o por partes y los libros que compramos/regalaron estarán a la mano o en casa de los hijos, y el cafecito de ahora será el tecito de mañana porque el colon tú sabes...que linda vejez, no sé, espumante que lo escribes,
saludos
C.
cuantas veces abremos pensado en la vejez pensando que nunca nos llegará, sin embargo es parte de la vida, yo amo fotografiarla, tien esu lado sensual y bello.
Un abrazo
Envejecer no me da tanto miedo, como envejecer pero en soledad...la buena compañía, a esas alturas de la vida, es importante...veremos qué depara el futuro.
Pame.
Un cuarto en sombras, a las cinco de la tarde, de un viernes, preferiblemente. Y una botella de vino haciendo de gorila junto a la puerta, mientras los dos dejan pasar el tiempo junto a ellos, como si tal cosa.
No me da miedo envejecer, nunca me molestaron los zurdos y me encantan las botellas de vino y los defectos y las imperfecciones de los cuerpos.
Compartir una sonrisa como esa es un sueño...
Nunca me dió miedo envejecer... y mucho menos si lo hiciera de ese modo...
Excelente,george! ;D
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