martes, 11 de enero de 2005


Alcanzada la altitud y la velocidad de crucero, vuelve a quedar el mundo ahí lejos de todo, a escala reducida y totalmente inofensivo. Me acuerdo del último vuelo ahora con Miguel (sobrevolando la ciudad) , de la cena con Patricia y las risas que nos echamos, de la promesa de no volver a tomar mojitos en aquel antro de camareras vanidosas y desganadas. En la mochila de viaje los cuentos completos de Arlt, Saer y Truman Capote y un montón de ganas de comenzar el año con buen pie. No es cuestión de contradecir al Sr. Alterio. Abajo quedan cosas para olvidar y cosas para guardar. Círculos que estrechar y círculos que cerrar. No hay prisa para nada de todo eso y como cantaría Drexler , es cuestión de tiempo y la vida es un río abajo. Pienso escribir mucho los próximos meses, no tenemos fecha de vuelta y pensando en eso (en fechas de vuelta) me acuerdo de mi hermana que cruzó el charco para apostar por un sueño en technicolor. Me pregunto si volverá. Seguro que Quique González haría una canción de todo esto mientras sobrevuela algún rincón de Europa, seguro que él también haría referencias a imágenes aéreas de aviones que piden permiso para aterrizar.

Tenemos turbulencias, que es justo como me siento en estos momentos de mi vida, pero sigo convencido de que me esperan cosas mejores. Me doy cuenta una vez más que los Pilot no se inventaron para zurdos. A partir de ahora ya toca hablar en inglés casi todo el tiempo. Dos jovencitas discuten impertinentes sin que su madre haga nada por evitarlo (parece acostumbrada). Yo nunca me acostumbraré a echar de menos. No puedo , no va conmigo. Elena me pide la dirección de mi blog y ella me da la suya. Alguien me ha dicho que nos reiremos de todo dentro de un tiempo y espero que así sea. Suena Keane en mis oídos y siento que todo el mundo está cambiando menos yo, aunque sé que necesito dar nuevos pasos hacia alguna nueva dirección.

Estamos comenzando la maniobra de aproximación a Ámsterdam y el aterrizaje va a ser movidito, el avión se zarandea varias veces. Son apenas las cinco y media de la tarde y ya es noche cerrada. Me gustan las luces de los aeropuertos por la noche. Me gustan los aeropuertos y los viajes. Me gusta que me vengan a recoger , que alguien te espere cuando llegas a algún sitio. Escucho “Must Get Out” de Maroon 5 y también la guardo como canción de mesita de noche. Como tantas otras.

Publicado por Puzzle a las 7:27
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