martes, 18 de enero de 2005


Vuelve a ser hora del Bakkie Koffie (un gran café aguado que los holandeses se beben como si fuera zarzaparrilla) y todos en el trabajo se juntan en el Office para hablar de la vida. Un holandés pasa más tiempo tomando café que comiendo, pero eso es otra historia. Les llama mucho la atención el concepto de “cortado” , pero aquí uno se hace a todo y se apunta al bakkie como si fuera uno más. Adaptación ante todo.

Lo malo es cuando se ponen a hablar en holandés , aunque aprovecho para desconectar del mundo y pensar en el libro que estoy leyendo o en la gente que echo de menos. En esos casos es aconsejable poner cara de póker, porque sabes que entre una gutural y una bilabial hablan de ti y hacen alguna broma. Saco mi mejor flema inglesa (inexistente por otra parte) y les pregunto con una enorme sonrisa si tienen más crema para el café. Como por arte de magia empiezan a hablar en inglés y resuelvo incorporarme a la conversación , aunque siga pensando en el libro que estoy leyendo y en la gente que echo de menos.

Está comenzando a nevar.

Publicado por Puzzle a las 11:29
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1 desvaríos:

Anónimo dijo...

Aquí el viento se ha llevado a una señora con su carro de la compra y desde ayer por la tarde no se tiene noticias de ella. Las fresas están más caras y el café del Universal sigue siendo cojonudo.Besos. Violeta

 
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