jueves, 13 de enero de 2005


Acabo de terminar de leer “84, Charing Cross Road” y aún sigo con la maravillosa sensación que te deja en el pecho. Alguien me recomendó el libro como el compañero ideal para mi viaje a Holanda (para cualquier viaje en realidad), para el aeropuerto o el avión , para las mañanas de relax en casa antes de ir a trabajar. Me gusta descubrir cosas a través de la mirada de la gente que te quiere, que te conoce bien y sabe lo que te va a tocar el alma. Gracias a eso he descubierto tesoros maravillosos.

Si lo pasas , lo prestas , lo regalas ; cada una de las personas que lo recibe , siente la necesidad de hacer lo mismo con los demás. Cuando sabes que la historia y los protagonistas son reales, que la vida misma a veces supera la ficción, todo toma una forma más redonda. Así que hazte con el libro, (se lee en tres horas), sírvete una copa de vino, prende un poco de incienso o la luz tenue de una vela, busca si lo prefieres compañía para tu regazo, una buena manta que te acaricie la espalda, tu sofá favorito o el banco más desocupado de un parque. Simplemente un rincón para entregarte a la historia de Helene Hanff y todas esas cartas que cruzaron el océano tantas veces durante más de veinte años, llenas de ternura, sentido del humor y mucho, mucho amor por los libros. Quizás puedas encontrar en el videoclub de la esquina la película protagonizada por Anne Bancroft y Anthony Hopkins (que eso no sea motivo para dejar de leer el libro) y quizás pienses en alguien a quien quieres y te apetezca conmoverlo un poquito la próxima vez. Puede que entonces , si vuelves a pasear por las calles de Londres, decidas acercarte al lugar que ocupaba la vieja librería y echarle un vistazo , con otra mirada, la mirada que tienen los niños ante el escaparate de una tienda de dulces, la mirada de una firme pasión renovada por los libros y la vida. Tu mirada.

Publicado por Puzzle a las 17:20
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1 desvaríos:

Anónimo dijo...

Qué ganas de conseguir ese libro. Te haré caso.Por lo que te he leído, confío en tu sensibilidad,

 
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