viernes, 7 de enero de 2005


Yo no sé, mira, es terrible cómo llueve. Llueve todo el tiempo, afuera tupido y gris, aquí contra el balcón con goterones cuajados y duros, que hacen plaf y se aplastan como bofetadas uno detrás de otro , qué hastío. Ahora aparece una gotita en lo alto del marco de la ventana; se queda temblequeando contra el cielo que la triza en mil brillos apagados, va creciendo y se tambalea, ya va a caer y no se cae, todavía no se cae. Está prendida con todas las uñas, no quiere caerse y se la ve que se agarra con los dientes mientras le crece la barriga; ya es una gotaza que cuelga majestuosa, y de pronto zup, ahí va, plaf, deshecha, nada, una viscosidad en el mármol. Pero las hay que se suicidan y se entregan en seguida, brotan en el marco y ahí mismo se tiran; me parece ver la vibración del salto, sus piernitas desprendiéndose y el grito que las emborracha en esa nada del caer y aniquilarse. Tristes gotas, redondas inocentes gotas.

Adiós gotas. Adiós.

(Julio Cortázar)

Publicado por Puzzle a las 16:40
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3 desvaríos:

Anónimo dijo...

Muy bonitos, el texto y las fotos. Se nota que te encanta Cortázar.

Anónimo dijo...

Te descubrí hace unos meses y pensé que era casualidad el que alguien cuente las cosas que cuentas tú. Ahora creo que es una certeza, y me gustan las certezas. Sobre todo las que parecen tan prometedoras.

Anónimo dijo...

Yo misma estoy hecha un enorme gotarrón por culpa de la megagripe que asola Zaragoza,así que me he sentido muy identificada con el personaje, esa pobre gota escacharrada del cuento.Es muy gratificante que alguien nos brinde testimonios tan realistas. Un beso (con mascarilla). Mariquita Pérez.

 
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