miércoles, 1 de diciembre de 2004


En cierta ocasión los niños soñaban con trenes eléctricos y las niñas con muñecas. Las muñecas soñaban que eran niñas que soñaban con muñecas . De todas las niñas-mujer, hubo una que soñaba con mantitas eléctricas de abrazos, que sólo de ponértelas te daban calor y abrazos de soldaditos de plomo, de galancitos soñados, destellos y fulgores de mimos y cariño. Era cuestión de cubrirse desde los pies a la cabeza y abrigarse tanto como fuera posible. De todos los regalos, ese era el mejor. La niña-mujer soñaba y pensaba en un niño-hombre que escalaba su cuerpo hasta el cuello y se encaramaba a él como el más arriesgado de los alpinistas. Luego se descolgaría para seguir abrazándola y aún con todo temblarían como la primera vez que se abrazaron y temblaron ; la noche que los trenes eléctricos quedaron quietos en el andén construido con piezas de Lego y las muñecas soñaron que eran niñas que soñaban con muñecas que soñaban que eran niñas.

Publicado por Puzzle a las 6:25
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2 desvaríos:

Anónimo dijo...

La parte de niña-mujer que hay en mí piensa en si realmente hay niños-hombres como los que relatas en tu historia. Espero que sí. Necesito creer en abrazos de ese tipo. Gracias por tus cuentos, porque creo que nos hacen ser a todos un poco mejores.

Anónimo dijo...

Klimt ?

 
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