"Estas galletas son menos dulces que las otras y no es que tenga ganas, pero me sientan bien. Como el zumo, que me sabe bueno y está fresquito. ¿Sabes?. La chica que se quedó la otra noche conmigo se quedó dormida en cuanto se fue tu padre. Se tumbó en la silla y cerró los ojos, no veas cómo roncaba. Al rato tuve frío y la llamé, pero nada. Tuve que insistir tres o cuatro veces lo menos hasta que se enteró y me ajustó la manta a mi gusto. Ay hijo mío, qué manera de soplar. El caldo me gusta menos, lo que te estaba contando, estas galletas son menos dulces y puedo masticarlas sin problema con mis tres dientes, aunque prefiero el zumo de piña. ¿Cuándo te vas a Holanda?. Ten cuidado con la carretera, que la gente va como loca pero yo se que tú no corres. ¿Verdad que no?. En fin, ¿qué estaba diciendo?, por la mañana cuando llegaron tus padres y los médicos, la enfermera dijo que se iba a descansar porque no había dormido en toda la noche. Pobrecica, yo qué iba a decir si ella es tan joven y guapa, necesitaría descansar con lo que trabajan. Ay hijico, no tienes ni idea de lo que es la tragedia de la viña : el que no come la diña. Ay si me dieras otra galletica más, que parece que me entran bien y no son tan dulces. Cariño mío".
2 desvaríos:
Tu abuela desborda ternura por todos los lados. Cuídala justo como estás haciendo y disfruta con ella cada instante. Tiene suerte de tenerte.
Hola Jorge. Igual ya ni te acuerdas de mí. Sólo me he pasado a leerte una vez más y contarte que este verano me animé y tengo mi propio blog. Gracias por dejarme compartir el tuyo en su momento porque me animó a investigar en esto de las bitácoras. Ya veo por lo que leo que sigues siendo estupendo. Un besazo. Sofía
P.D. Por si te quieres pasar por mi "casa" http://blogia.com/athena/index.php?
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