Nos queda coger la guagua , así que echamos a suertes las dunas de Maspalomas o los almendros del Norte. Otra opción es Guayedra y hacer noche en Agaete. Las fiestas de San Andrés o la procesión de la virgen del Pino (tú te emocionas con La Candelaria) siguiendo la línea de la costa, con los barquitos y las ofrendas dibujando siluetas de espuma de mar. Yo por si acaso me llevo el Clipper de fresa y las ambrosías , tú ese pareo que tanto te gusta y un libro de cuentos que estoy medio acabando, ya sabes, para leerte un poquito mientras comienza a caer la tarde. Al diablo. Subamos al Ferry y crucemos las islas, conozco un sitio en el Hierro al que hace tiempo te quiero llevar ; dicen que es el hotel más pequeño del mundo y se levanta en la punta de una roca grande, allá en el acantilado. La dueña me dijo que la mejor habitación sobrevuela el mar cuando te asomas y yo, que siempre he sido medio piloto chiflado, quiero que vengas conmigo. Tengo guardadas unas cuantas historias de bucaneros y príncipes guanches , un paquetito de dulces de Teror y la cámara que se enamora cada vez que te dispara. Jugaremos a los disparates y a las prendas y me pides que te lea otra vez la historia de la isla fantasma, que en realidad no es fantasma porque existe y se aparece a viejos lobos de mar y a los locos que pierden la fe con la misma facilidad con la que nosotros perdimos la compostura. Perdida la cuenta de besos y desvaríos me dices que cierre los ojos. “ ¿ Quieres que te cante una nana loca?” y entre arrorró y arrorró , dos que se deshacen y el mar que empieza a tomar la noche en el hotel más pequeño del mundo.
miércoles, 23 de febrero de 2005
Nos queda coger la guagua , así que echamos a suertes las dunas de Maspalomas o los almendros del Norte. Otra opción es Guayedra y hacer noche en Agaete. Las fiestas de San Andrés o la procesión de la virgen del Pino (tú te emocionas con La Candelaria) siguiendo la línea de la costa, con los barquitos y las ofrendas dibujando siluetas de espuma de mar. Yo por si acaso me llevo el Clipper de fresa y las ambrosías , tú ese pareo que tanto te gusta y un libro de cuentos que estoy medio acabando, ya sabes, para leerte un poquito mientras comienza a caer la tarde. Al diablo. Subamos al Ferry y crucemos las islas, conozco un sitio en el Hierro al que hace tiempo te quiero llevar ; dicen que es el hotel más pequeño del mundo y se levanta en la punta de una roca grande, allá en el acantilado. La dueña me dijo que la mejor habitación sobrevuela el mar cuando te asomas y yo, que siempre he sido medio piloto chiflado, quiero que vengas conmigo. Tengo guardadas unas cuantas historias de bucaneros y príncipes guanches , un paquetito de dulces de Teror y la cámara que se enamora cada vez que te dispara. Jugaremos a los disparates y a las prendas y me pides que te lea otra vez la historia de la isla fantasma, que en realidad no es fantasma porque existe y se aparece a viejos lobos de mar y a los locos que pierden la fe con la misma facilidad con la que nosotros perdimos la compostura. Perdida la cuenta de besos y desvaríos me dices que cierre los ojos. “ ¿ Quieres que te cante una nana loca?” y entre arrorró y arrorró , dos que se deshacen y el mar que empieza a tomar la noche en el hotel más pequeño del mundo.
2 desvaríos:
Sabes que te sigo hace tiempo, desde las islas. Me gusta cuando haces guiños a tu lado más guanche, cuando recuerdas la gente de alli y los lugares que se quedan en tu memoria. A lo mejor el post de hoy es un post como el de cualquier otro día, pero te aseguro que me has emocionado, porque hablas de Canarias con amor y con mucha originalidad. Me gusta cómo ves tus islas, cómo las llevas en el alma y cómo las sientes.
Gracias por emocionarme una vez más.
Besos
Yaiza.
que belleza, cuanta complicidad, que bonito tener esto en tu memoria para acudir cuando lo requerías… besitos
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