La primera mirada cruzó la barra de aquel antro a la velocidad de la luz. Sin que diera tiempo a mucho más, en el segundo trayecto apenas dispuso de un mínimo instante para la vacilación, si bien se aprovechó de aquella fracción insignificante para expulsar el pequeño volumen de aire contenido en la respiración anterior y asegurarse de que el destinatario de todo ese destello de luz era él mismo. Nadie más puede asegurar si lo que ocurrió fue figurado o real, tal vez distorsionado por aquella visión de mujer que tomaba la forma de cubito de hielo o de gajo de limón según fuera iluminada. Lo realmente particular fue que nadie escuchó el estampido cuando quebraron la barrera del sonido.
2 desvaríos:
Qué bonito Jorge. He estado de viaje y no podía entrar en Puzzle. Ahora que lo retomo veo con agrado que sigues siendo tan especial como siempre.
Ya sabes lo que digo siempre, tienes una manera distinta de mirar el mundo y además , sabes hablar de las miradas de los demás.
No cambies.
Hay miradas que son agujeros negros, hay que estar al alcance para recibir su influjo. Yo sí creo haber oído algo en aquel momento, pero estoy casi seguro de que aquel estrépito provenía de los latidos de tu corazón y los del agujero negro. Buenas noches.
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