Una vez tuve una novia que quise mucho y que vivía en mi misma calle, me costó horrores olvidarla (como novia, porque después fuimos –y somos- buenos amigos ) , cada vez que pasaba por delante de su casa me juraba que al día siguiente rodearía la manzana con tal de no ir perdiendo trocitos de corazón por los portales, que luego olisqueaban los perros o pisaban los vecinos. Su dormitorio daba a la calle , a nuestra calle, y por las noches veía su silueta recortada contra la ventana. Al final las siluetas en eso se quedan , uno crece y aprende a desquerer o a querer de otra manera y de verdad se alegra por la silueta o por todas ellas, de tal modo que lo mejor que puede pasar cuando las ciudades , por grandes o pequeñas que sean, nos brindan esos encuentros , es que guardemos en los bolsillos una enorme bolsa de sonrisas congeladas para calentar en el microondas y soltarlas por la ventanilla, plop plop, a que se aireen un poco.
viernes, 6 de mayo de 2005
Una vez tuve una novia que quise mucho y que vivía en mi misma calle, me costó horrores olvidarla (como novia, porque después fuimos –y somos- buenos amigos ) , cada vez que pasaba por delante de su casa me juraba que al día siguiente rodearía la manzana con tal de no ir perdiendo trocitos de corazón por los portales, que luego olisqueaban los perros o pisaban los vecinos. Su dormitorio daba a la calle , a nuestra calle, y por las noches veía su silueta recortada contra la ventana. Al final las siluetas en eso se quedan , uno crece y aprende a desquerer o a querer de otra manera y de verdad se alegra por la silueta o por todas ellas, de tal modo que lo mejor que puede pasar cuando las ciudades , por grandes o pequeñas que sean, nos brindan esos encuentros , es que guardemos en los bolsillos una enorme bolsa de sonrisas congeladas para calentar en el microondas y soltarlas por la ventanilla, plop plop, a que se aireen un poco.
3 desvaríos:
Sonrisas o palomitas de maíz, que se multipliquen sin cesar, las prefiero dulces o con sabor a mantequilla...además se pueden comer mientras se observa la ciudad como una película antigua y romántica.
recuerdo y sonrisa son amigos
difícil verlos separados
sólo para ir al baño
la ciudad como enorme olla
donde cocinamos nuestros encuentros
y nuestros desencuentros
cada voz y cada beso
queda quizás como vibración de asfalto
estampado en ladrillos
Una vez pensé que cuando se quería a una persona era para toda la vida y que era difícil que esa querencia menguara, pero luego descubrí (con sorpresa y hasta agrado) que el ser humano tiene la peculiar capacidad de amar y luego ser indiferente ante el objeto de su amor.
Ro
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