Uno se imagina mil cosas en la vida, que llegamos lejos, muy lejos, que aprendemos a volar, que visitamos esa exposición de Tintín en Bruselas o que descubrimos que en Londres existe una tienda de juguetes con un tiovivo que funciona 4 veces al día donde puedes cabalgar montado en un sueño, quizás que vendemos el alma a cambio de un beso robado en el mercado de las pulgas de Amsterdam , que escapamos de los malos siempre en el último momento, o que nos sonríe un niño porque le gustó el cuento que improvisamos para él, mil cosas que inventar en mil vidas , en mil calles como las de Vegueta, en las que siempre resulta imposible no imaginar que ocupamos un lugar, quizás frente al Café Real, donde el alma puede quedarse atrapada y la vida entera late a un ritmo tal que casi se detiene.
sábado, 25 de junio de 2005
Uno se imagina mil cosas en la vida, que llegamos lejos, muy lejos, que aprendemos a volar, que visitamos esa exposición de Tintín en Bruselas o que descubrimos que en Londres existe una tienda de juguetes con un tiovivo que funciona 4 veces al día donde puedes cabalgar montado en un sueño, quizás que vendemos el alma a cambio de un beso robado en el mercado de las pulgas de Amsterdam , que escapamos de los malos siempre en el último momento, o que nos sonríe un niño porque le gustó el cuento que improvisamos para él, mil cosas que inventar en mil vidas , en mil calles como las de Vegueta, en las que siempre resulta imposible no imaginar que ocupamos un lugar, quizás frente al Café Real, donde el alma puede quedarse atrapada y la vida entera late a un ritmo tal que casi se detiene.
4 desvaríos:
Me encanta comprobar el amor que le tienes a mi tierra. Que sepas que a estos cachitos de volcán en el Atlántico nos haces sentir importantes y bellos!! Un beso. Lunia
Me gustaría andar por esos lados, mientras tejo mis recuerdos en esta América del Sur, cuando pases por aquí, avisas y se te recomendarán los lugares adecuados. Un saludo enorme.
hay lugares para sentarse callado
sorber un vino
y mirar el cielo
quizás mirar el mar
o las piedras simplemente
son lugares que han pasado tanto con los humanos
que tendemos a reconocer en ellos algunas voces
algunos aromas
algunas risas
y sabor de llantos
en esos lugares los viejos se sientan con los niños
y conversan en telepatía de años
humanidad fosilizada
Son lugares del corazón, que siempre estarán de una manera o de otra, presentes.
Un abrazo...
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