viernes, 10 de septiembre de 2004


Disfrutaba de unas merecidas vacaciones en Bahamas, cuando le llamaron de la sede central para notificarle una sustitución inesperada: el hombre invisible había sido contratado por un ilusionista de fama mundial para su gira. La oferta económica era sustanciosa, y la mujer invisible le había puesto varias veces las maletas en la puerta. Así que no tuvo mucho que pensar.

Era la primera vez que trabajaba en turno de noche, y no se manejaba bien con los ojos en modo de visión nocturna. Después de 3 semanas en la playa, había cogido algo de peso, y la capa no le ajustaba bien. Tampoco su aerodinámica era la misma. Eso y el desfase horario hicieron el resto.

Se vio sobrevolando la ciudad un poco confuso cuando su oído ultrasónico escuchó unos gritos a pocos metros de la zona que vigilaba. Voló hasta un parque cerca de allí y descubrió entre la oscuridad y la niebla, a una adolescente desnuda y un joven agitándose violentamente sobre su cuerpo. Gritaba con el rostro desencajado. “ ¡Me matas, me matas! “ . Se abalanzó sobre el chico, y no dudó en usar su láser paralizante. El joven novio quedó sobre la hierba alumbrando la madrugada con destellitos y chispas azul-eléctrico , mientras echaba espuma por la boca. La amante asustada, simplemente se quedó frustrada y a medias. Casi cuando iba camino del tercer orgasmo.

El superhéroe rescató a la chica equivocada y al día siguiente la noticia fue primera plana en todos los periódicos.

(Nota: Este relato se ha publicado hoy en el País de las Tentaciones)

Publicado por Puzzle a las 8:45
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