viernes, 3 de septiembre de 2004


El tiempo llamó a la puerta cuando menos lo esperaba. Le entregó el cheque con los beneficios de los últimos años y, sin decir nada, desapareció.

Abrió el cajón de su mesita de noche y dejó el talón en el montoncito de sobres apilados. Ajustó las gafas sobre la nariz y siguió resolviendo crucigramas y acertijos.

Publicado por Puzzle a las 8:49
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1 desvaríos:

Anónimo dijo...

Una bonita manera de explicar que el tiempo lo pone todo en su sitio. Me gustan tus mini-historias. ¿ No decías que no tenías capacidad de síntesis? . A mi me parece que si...

 
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