domingo, 19 de septiembre de 2004


Y de repente tembló toda la casa. Un terremoto de 4,5 grados en la escala de Richter con epicentro en un pueblecito al norte de la ciudad se ha hecho notar en toda la comunidad. El subsuelo que recorre por debajo los valles más próximos a la frontera con Francia se ha vuelto a mover. La falla norpirenaica está cabreada, y se ha desplazado tres veces en el último mes.

A Merche y a mi nos ha cogido en casa , mientras esperábamos que volviera Pedro de una reunión. De repente el sofá se ha transformado en una cama de agua y la estructura entera del edificio se ha tambaleado . Tres segundos de movimiento mudo, una pausa y otros cuatro segundos de actividad. Después, calma.

El proceso mental ha sido curioso, primero piensas que puede ser Toy jugando detrás de los muebles, luego te planteas que los vecinos están de obras y te acuerdas de toda su familia, pero cuando he visto que Merche se incorporaba y comenzaba a tocar las paredes y a mirar las lámparas, nos hemos preguntado por primera vez si realmente sería otra cosa.

Por eso en algunos lugares, las lavadoras han centrifugado aún estando apagadas, las sillas han temblado y en las paredes se han abierto cicatrices de pintura resquebrajada y cal. Las figuritas de porcelana han hecho puenting desde lo alto de las estanterías, y las estructuras y los cimientos han despertado de la siesta estirándose como gatos desperezados en una tarde que ya acaricia el otoño. Una señora ha creído tener un mareo y ha necesitado recuperar su horizontalidad acostándose en un canapé desgastado por los años.

Puestos a imaginar historias para una tarde de terremotos, me ha dado por pensar en que a esa misma hora, todas las personas que estuvieran haciendo el amor , alcanzarían el clímax perfecto justo a las 14:52, y sin saberlo , tendrían el orgasmo más increíble de sus vidas. Ajenos al terremoto, ajenos a la realidad, una pareja de adolescentes se amaría por primera vez. A las tres menos ocho minutos se abrazarían fuerte , se comerían con la mirada y estallarían de placer justo con el segundo temblor. Tal y como siempre habían soñado que sería . Tal y como les contaron que sucedería.

Lo que no saben es que por muchas otras veces que hagan el amor y que se vuelvan a entregar, por muchas otras personas que ocupen los espacios vacíos que habitan sus sábanas, por muchos romances y por muchas promesas, nunca jamás volverán a temblar , como temblaron el uno con el otro aquella tarde a las 14:52.

Publicado por Puzzle a las 15:28
Etiquetas:

 

0 desvaríos:

 
>