El solo quería ser él, pero con ella. Sólo quería proyectar bocetos de autopistas enamoradas que le llevaran al lugar elegido.
Una noche se transformaron en acordes desafinados y sufrieron la peor de las amnesias. Olvidaron lo que eran y lo que habían andado, y se equivocaron. Los fantasmas ocuparon su lugar, la habitación y sus noches, y dejaron de ser ellos. Los sapos se ahogaron en gin-tonic y se revolvieron en el fango de la angustia. Quiso abrir los ojos, pero esa noche las pesadillas tenían cena de empresa. Tras la resaca, vomitaron culebras , y tuvo miedo de no volver a morir en sus brazos.
Buscó la Luna, y se encontró con insomnes, borrachos y los viejos músicos de la ciudad. Sin entender el motivo, deseó que cada vez que se abrieran las puertas, ella pudiera entrar a taparle los ojos con sus manos de hielo. Sin embargo, solo entraban insomnes, borrachos, y músicos casi tan desafinados como él.
El solo quería ser él, pero sin ella no encontró la manera.
Una noche se transformaron en acordes desafinados y sufrieron la peor de las amnesias. Olvidaron lo que eran y lo que habían andado, y se equivocaron. Los fantasmas ocuparon su lugar, la habitación y sus noches, y dejaron de ser ellos. Los sapos se ahogaron en gin-tonic y se revolvieron en el fango de la angustia. Quiso abrir los ojos, pero esa noche las pesadillas tenían cena de empresa. Tras la resaca, vomitaron culebras , y tuvo miedo de no volver a morir en sus brazos.
Buscó la Luna, y se encontró con insomnes, borrachos y los viejos músicos de la ciudad. Sin entender el motivo, deseó que cada vez que se abrieran las puertas, ella pudiera entrar a taparle los ojos con sus manos de hielo. Sin embargo, solo entraban insomnes, borrachos, y músicos casi tan desafinados como él.
El solo quería ser él, pero sin ella no encontró la manera.
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