viernes, 29 de octubre de 2004


De todos los libros que tengo te has ido a comer a Rayuela, y mira que lo pensé, que lo pude esperar, dejándolo a tu alcance sobre nuestro sillón favorito de la siesta y abierto por el capítulo 138 (aquel en el que la Maga cuenta historias inverosímiles ) para que te resulte más fácil la captura. Posiblemente el asunto viniera de lejos, y establecieras un plan de acción ayudada por el gato, (aunque luego representeis el papel de los que se repudian) porque me resulta imposible imaginarte alcanzando ciertas alturas sin la colaboración infame de un cómplice más ágil y diestro. Es posible que sea una suerte de venganza por todas las mañanas que te quedas sola, haciendo como que dormitas sobre mis zapatillas y sin embargo maquinando el más horrible de los crímenes. Quizás son los celos por las horas que no te dedico cuando me atrapo en un libro (ya sospeché cierta actitud hostil con Borges) y reclamas para ti toda mi atención. Has ido a escoger la edición más rara de encontrar, la que me viste releer mil veces, la que ocupaba el mejor sitio de la sala de estar. Sin contemplaciones, empezando por las agónicas tapas y sin un orden preciso, aunque me queda la duda de que no hayas ido masticando las páginas en las dos direcciones posibles del relato. Tampoco has dejado vivos los capítulos prescindibles (acaso no lo serían) y tu labor de desperdigar los trocitos de papel por toda la casa ha sido minuciosa , de modo que seguramente todavía encontraremos restos del naufragio de aquí a la luna. Mi querida y fiel Melisa, en todo caso y para próximas cacerías ¿ no sería posible que te comieras a Gala o en su defecto a Bucay?.

Publicado por Puzzle a las 18:20
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1 desvaríos:

Anónimo dijo...

Je, qué bueno. ¿Por qué no tienes comentarios aquí?
Te leo desde hace casi un mes y te encontré buscando cosas sobre Rayuela. Qué lujo ¿no?
Gracias por compartir tus letras.
Saludos, Elena.

 
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