Javi se está enamorando de Trinity, lo dice su mujer, y eso que todos en la ciudad saben que Trinity es magia, es lo que dice Antonio, que sabe bien de lo que habla, se acaricia los bigotes y dispara un par de guiños de los suyos, tan de Antonio. Todos creen que habla así desde que volvió del master de cine en New York, pero a ellos les da igual porque Antonio es grande, muy grande. Luego está el chico que tiene sueños extraños, ahora mismo sueña con un gran tatuaje en la espalda, un tatuaje equivocado en toda la extensión de su significado y que ocupa todo su dorso blando, amorfo. En el sueño tiene que tomar pastillas para que desaparezca la carne agrietada. En el pasillo la máquina de café es de esas con bebida al gusto de café, pero que luego no es café, algunos dirían que hasta el mismo modelo. Dirían más cosas, otras cosas, es cierto que hace una semana pasó lo que ella decía que tenía que pasar, tarde o temprano -ya sabes- ese tipo de cosas que aquí no se pueden contar.
Ella pone los brazos en jarra y tuerce el gesto, se queda tan ancha diciendo cosas del tipo: chico y chica ya no trabajan juntos y entonces ya pueden saltarse ciertas normas o algo así. En el guión no termina de quedar claro, alguien ha desordenado la escaleta y algunas secuencias. Y cómo no, todos esos cables por el suelo, levantado como un tablero de ajedrez abierto en canal y los demás trabajando día y noche para que se cumplan los plazos, los malditos plazos. Eso y visitas, reuniones y encuentros, ah, claro, y desencuentros y los martes que no le terminan de convencer porque tienen algo que no sabría explicar -algo mitad verdad mitad mentirijilla que se descubre pasado un tiempo- como tampoco le convencen las naranjas ni la gente feliz que desaparece porque precisamente es feliz. Detesta no entender nada, los cambios de tiempo, por ejemplo, o los cambios extraños que se toman como un fenómeno cotidiano y normal. Pero vendrán tiempos mejores o llegarán, de otra galaxia, otros tiempos. Menos mal que Antonio reaparece, les presenta a James, recalcando la "jota" que suena a "elle" y James que les habla en idioma raro y todos se miran preguntándose cuántos años puede tener, y lo que sabe y qué se dará en el pelo. Claro, sigue pensando, ahora ya no trabajan juntos, por eso ella ha venido en su nave espacial y lo ha abducido. Nadie, o casi nadie, cree en esas cosas, pero mira, quién se lo iba a decir, a él o a Javi, que se está enamorando de Trinity, después está Antonio (el grande) con su risa y su bigote insistiendo en lo de Trinity, "es magia tíos, Trinity es magia", aunque en realidad no se llame Trinity y avisándoles luego con esa manera tan de Antonio, tan cercana pero tan distante en parte, "que nadie os enfile tíos, los periodistas son de otro mundo" y vuelve a sonreír. Qué grande el Antonio. Y de resto no entender, no saber de nada o de casi nada, ni siquiera los motivos que tiene el tiempo para cambiar.
Lo del tatuaje es un sueño y alguna otra cosa también, pero la nave espacial es verdad y ella vino en la suya con unas "Puma" rojas. Desde que no son compañeros son otra cosa, pero nadie sabría contestar con exactitud porque se prohibieron las preguntas y de aquí a nada seguro que se prohiben las respuestas, o las miradas, o simplemente ser y estar, o conjugar verbos, o quíen sabe, pero es lo que tiene ser abducido en viernes. Y mientras tanto Javi enamorándose de Trinity y luego Antonio, que nadie se extrañe, que también estuvo enamorado de Trinity o James y lo que se dará en el pelo y el chico que sueña con tatuajes en la espalda, que despierta a las siete, que observa cómo se aleja ese cuerpo planeta que recién acaba de orbitar. Pero sobre todo Trinity. Trinity y la nave espacial.
Ella pone los brazos en jarra y tuerce el gesto, se queda tan ancha diciendo cosas del tipo: chico y chica ya no trabajan juntos y entonces ya pueden saltarse ciertas normas o algo así. En el guión no termina de quedar claro, alguien ha desordenado la escaleta y algunas secuencias. Y cómo no, todos esos cables por el suelo, levantado como un tablero de ajedrez abierto en canal y los demás trabajando día y noche para que se cumplan los plazos, los malditos plazos. Eso y visitas, reuniones y encuentros, ah, claro, y desencuentros y los martes que no le terminan de convencer porque tienen algo que no sabría explicar -algo mitad verdad mitad mentirijilla que se descubre pasado un tiempo- como tampoco le convencen las naranjas ni la gente feliz que desaparece porque precisamente es feliz. Detesta no entender nada, los cambios de tiempo, por ejemplo, o los cambios extraños que se toman como un fenómeno cotidiano y normal. Pero vendrán tiempos mejores o llegarán, de otra galaxia, otros tiempos. Menos mal que Antonio reaparece, les presenta a James, recalcando la "jota" que suena a "elle" y James que les habla en idioma raro y todos se miran preguntándose cuántos años puede tener, y lo que sabe y qué se dará en el pelo. Claro, sigue pensando, ahora ya no trabajan juntos, por eso ella ha venido en su nave espacial y lo ha abducido. Nadie, o casi nadie, cree en esas cosas, pero mira, quién se lo iba a decir, a él o a Javi, que se está enamorando de Trinity, después está Antonio (el grande) con su risa y su bigote insistiendo en lo de Trinity, "es magia tíos, Trinity es magia", aunque en realidad no se llame Trinity y avisándoles luego con esa manera tan de Antonio, tan cercana pero tan distante en parte, "que nadie os enfile tíos, los periodistas son de otro mundo" y vuelve a sonreír. Qué grande el Antonio. Y de resto no entender, no saber de nada o de casi nada, ni siquiera los motivos que tiene el tiempo para cambiar.
Lo del tatuaje es un sueño y alguna otra cosa también, pero la nave espacial es verdad y ella vino en la suya con unas "Puma" rojas. Desde que no son compañeros son otra cosa, pero nadie sabría contestar con exactitud porque se prohibieron las preguntas y de aquí a nada seguro que se prohiben las respuestas, o las miradas, o simplemente ser y estar, o conjugar verbos, o quíen sabe, pero es lo que tiene ser abducido en viernes. Y mientras tanto Javi enamorándose de Trinity y luego Antonio, que nadie se extrañe, que también estuvo enamorado de Trinity o James y lo que se dará en el pelo y el chico que sueña con tatuajes en la espalda, que despierta a las siete, que observa cómo se aleja ese cuerpo planeta que recién acaba de orbitar. Pero sobre todo Trinity. Trinity y la nave espacial.
8 desvaríos:
joer, no me he enterao de nada en esta historia, hay demasiadas cosas mezcladas y no entiendo nada, pero deja un regustillo raro, no se termina de saber si lo que pasa es bueno o malo.
¿desde cuando las chicas vamos en naves espaciales?
¿quién es Trinity?
Trinity es Magia. O eso, o Trinidad.
yo creo que es más lo primero que lo segundo...
Yo conocí anoche a Trinity! y ciertamente es magia!...Trinity es magia!, que te lo digo yo!
(quién me paga a mí todo estooooo?)
Yo no se si será magia o no...pero liosa es un rato!
y como estás tan seguro de que es magia? que viste una estrella fugaz o algo?
un saludo
Trinity es magia porque lo dice Antonio y eso ya es un argumento de peso, siendo que Antonio sabe lo que se dice.
Lo cierto es quien conoce a Trinity, termina rendido ante sus encantos. No podría ser menos.
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