lunes, 5 de octubre de 2009




El chico que no sabe escribir historias, no sabe escribir historias. Escribe otras cosas, pero nada que ver con las historias. Escribe, por ejemplo, escenas, y a lo mejor ni eso. Escribe (si es que algo así se puede escribir) acerca de estados de ánimo, de visiones muy concretas de las cosas o de personajes que, de vez en cuando, dejan algún tipo de poso. Escribe, pero nada que tenga que ver con historias. Cuando sale a la calle en busca de esas historias, los demás escritores le señalan con el dedo y se burlan de él: no sabes escribir historias, le dicen, no tienes ni idea. Y el chico que no sabe escribir historias baja la cabeza como dando a entender que sí, que lo sabe, que es consciente de ello y que no puede hacer otra cosa. Se lo hace mirar por un doctor especialista en patologías de escritores, que son unas cuantas, pero de momento a él sólo le han detectado la de no saber escribir historias. El doctor le dice que quizás, y sólo quizás, lo que tiene que hacer es asumir que lo suyo no son las historias, que posiblemente pueda dedicarse a otras empresas literarias menos ambiciosas, a escribir poesía en prosa o ensayo, por decir algo, pero nada que tenga que ver con las historias. A la larga podría ser algo contraproducente que deja secuelas. Pero el chico que no sabe escribir historias quiere escribir historias, y el caso es que tiene ideas, ideas que le gustan y le parecen adecuadas para una historia, pero luego se queda mustio y no avanza en la trama. Los demás escritores se jactan de manejar con destreza el conflicto, el cambio (el puto conflicto, el puto cambio, piensa el chico que no sabe escribir historias), y además escriben historias realmente estupendas. El chico que no sabe escribir historias le pide al doctor que se lo explique con manzanas, quizás así sea capaz de entender algo que ve lejano como una nebulosa. Pero los doctores no explican las cosas con manzanas, se ayudan de radiografías o electrocardiogramas, pero no de manzanas. Además, a todo esto hay que añadir que al chico que no sabe escribir historias, le dicen con cierta frecuencia que escribe bien, que una mujer por ejemplo, podría enamorarse de las cosas que él escribe porque si bien nunca nada de lo que mostramos a los demás es enteramente cierto, una mujer puede intuir el tipo de persona que escribe ciertas cosas y decidir, como una posibilidad más, enamorarse del chico aunque no sepa escribir historias. Eso, al chico que no sabe escribir historias, le toca un poco las narices, porque piensa que todo en este mundo es mentira y que los halagos son interesados o vacíos. Que nunca se puede conocer a nadie por lo que escribe. Y quizás ese es su conflicto, su puto conflicto, porque ahora se plantea dejar de escribir, o escribir de vez en cuando sólo cuando tenga alguna historia que lo sea, y no que parezca que lo sea. Piensa en abandonar las historias, en dejarlas atrás, huérfanas de alguien que las escriba, o mejor aún, libres para que alguien realmente preparado pueda darles forma. Pero él no, el no sabe escribir historias. Quizás todo pasa por comenzar de cero y rebajar sus pretensiones. El chico que no sabe escribir historias escucha con atención los consejos de la gente que aprecia sinceramente, le dicen cosas realmente coherentes, que tienen sentido, pero son palabras que no sirven, porque él tan solo espera quieto con esa sensación suya de barca a la deriva. Quiere creer que es cuestión de tiempo. Tampoco las tiene todas consigo si nadie se lo puede explicar de manera fácil, con manzanas, por ejemplo. Antes, los problemas complicados se resolvían con manzanas y todos tan contentos. Pero ahora, y mientras no se diga lo contrario, el chico que no sabe escribir historias, no encuentra la manera de aprender a escribir historias: ni siquiera la suya propia, y como no se le ocurre nada mejor, las deja abiertas o sin final o algo a medio camino entre lo uno y lo otro. Algo que es cualquier cosa, menos una historia.

Imagen: © Snailbooty

(Publicado en la revista cultural "El Desembarco", Octubre 2009)

Publicado por Puzzle a las 22:26
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