Hoy quiero que me hables de ti. No hay prisa: tenemos tiempo. Cuéntame algunos secretos, eso me apetece. Podrías empezar por hablarme de aquellas canciones que tienes casi olvidadas y te hacían sentir cosas. Cosas que ahora no sabrías explicar. Eso es lo que me gustaría, que me hables de cómo te imaginabas que sería el futuro cuando fueras mayor y ya no te diera miedo lo que hubiera debajo de la cama. De cómo fue que creciste y has llegado a ser una personita grande, un proyecto de vida. Cuéntame, eso me interesa, la vez que soñaste que te brotaban alas de la espalda y volabas.
Háblame de las cosas que te importaban, por ejemplo de tus peluches, tus peluches y tus pulseras. Háblame de cuando no podías hablar de tanta risa que te entró y te atragantabas, de la amiga que más envidiabas porque te sentías pequeña y feucha a su lado y aún asi la adorabas. Háblame de si te gustaba tu nombre -si todavía te gusta- y si llevabas caramelos a clase el día de tu cumpleaños, de jugar en el patio y los moratones en las rodillas, de si tenías una mochila llena de sueños y tu primera excursión. Háblame de todo eso, no hay prisa, quiero saber de tus vacaciones y lo que pensaste la primera vez que viste la nieve o el mar o la sonrisa de aquel chaval que te miraba distinto pero bien.
Hoy quiero que me hables de esas cosas, tenemos tiempo. Háblame de la mujer que tengo frente a mí, de si todavía te recoges el pelo y si sabrás reconocerme entre tanta gente.
Háblame de las cosas que te importaban, por ejemplo de tus peluches, tus peluches y tus pulseras. Háblame de cuando no podías hablar de tanta risa que te entró y te atragantabas, de la amiga que más envidiabas porque te sentías pequeña y feucha a su lado y aún asi la adorabas. Háblame de si te gustaba tu nombre -si todavía te gusta- y si llevabas caramelos a clase el día de tu cumpleaños, de jugar en el patio y los moratones en las rodillas, de si tenías una mochila llena de sueños y tu primera excursión. Háblame de todo eso, no hay prisa, quiero saber de tus vacaciones y lo que pensaste la primera vez que viste la nieve o el mar o la sonrisa de aquel chaval que te miraba distinto pero bien.
Hoy quiero que me hables de esas cosas, tenemos tiempo. Háblame de la mujer que tengo frente a mí, de si todavía te recoges el pelo y si sabrás reconocerme entre tanta gente.
5 desvaríos:
¿y porqué me hice mayor?, ¿Y porqué ya nadie canta?, ¿y porqué ya no hay caramelos "sugus", cada 13 de Julio?, ¿Y porqué ya no me duelen los moratones ni los tirones de pelo?, ¿y porqué....?, ¿y porqué....?¿y porqué....?, ...... ¿Y porqué sigo preguntando...?
Si aún te haces haces estas preguntas, encontraste la fuente de la eterna juventud.
(...)
Qué bonito, un beso...
He hablado de ti en el blog del crítico de blogs (www.elburladordemitos.blogspot.com), porque el tuyo es de los mejores de toda la blogosfera.
Un saludo cordialísimo desde Colombia.
continúo siguiéndote...
no pares
Son tantas cosas que contar que quizás debería empezar por rescatarlas del ático de mi memoria, sacarle el polvo a todos aquellos recuerdos y ser capaz de mostrarlos a la luz, sin tener miedo de que se vean. Es difícil pero hay tiempo
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