lunes, 30 de julio de 2007


El aviso era claro. El mundo se terminaba dando una última gran pataleta. En su lugar vendría uno nuevo que, por lo pronto, estaba a medio levantar. La fecha de entrega se cumpliría, eso es cierto, aunque nadie podía esperar que el nuevo mundo estuviera concluido sin defecto alguno en el plazo acordado. Desde el exterior, a una altura considerable, se podían observar los continentes desdibujados, todo porque a última hora decidieron rechazar la creación de los nuevos a imagen y semejanza de los que ya existían. Hubo que improvisar. Se impuso en el concurso de ideas la corriente más progresista que apostaba por grandes superficies de agua que, en cualquier caso, no distaran tanto las unas de las otras como las actuales. Hubo consenso en el número: nueve continentes y siete océanos. Un equipo -el más creativo- se encargó de la orografía, otro más multidisciplinar de las razas y las etnias, un tercero de las diferentes lenguas y dialectos y así se sucedió todo lo demás: especies animales, sistemas de creencias y filosofías, una ética y moral únicas a modo de derechos humanos universales. Un comité de sabios tuvo que seleccionar los libros y las obras de arte que se salvarían del peor de los finales pero nadie quedó enteramente satisfecho. Por supuesto, todo el que quisiera tenía un lugar que le correspondía por derecho propio en el nuevo mundo sin coste adicional, era lo acordado por los gobiernos involucrados en la destrucción del anterior. En contra de lo que pudiera parecer lógico, quien así lo deseara podría optar por desaparecer con el viejo. Con las prisas, no se alcanzó un acuerdo con el nombre que le darían al nuevo y así fue que durante años nadie supo en qué mundo vivía, cómo se llamaba, ni cuánto duraría esa vez.

Publicado por Puzzle a las 23:06
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7 desvaríos:

Anónimo dijo...

genial

genial !

g e n i a l !!!


felicitaciones nuevas y desaparecidas con el mundo antiguo...

Anónimo dijo...

Original y diferente. Nos estamos cargando el mundo, y en nuestro caso, no creo que podamos poner uno nuevo en su lugar.

Bueno, muy bueno...

Natxo

Marta dijo...

¡No sabía que eras bajista! Sabía que eras músico, pero no sé por qué pensé que tocabas el piano.
Sé que no es más potente el bajista heavy, a mí el bajo es un instrumento que me encanta y me fastidia bastante que se diga que es un mero acompañamiento de la guitarra. Hay bajistas que han hecho más historia que muchos guitarristas (aunque a mí la guitarra me fascina, debo reconocerlo).
Genial tu texto, ya te lo había dicho, ¿no?

Anónimo dijo...

Mas é tudo novo de novo
Vamos nos jogar onde já caímos...dice Paulinho Moska!

me encantó!

Anónimo dijo...

Mi nuevo mundo es Maria... original y diferente. ¿Me lo cargaré como hice con el viejo?

Rafa dijo...

Gracias mil por todo lo siento, vivo y disfruto a través de tus escritos.

Anónimo dijo...

O tienes muchos amigos..., o a todo el mundo le parecen geniales tus textos. No es mi caso.

Utilizas frases muy cortas, atropelladamente. Te has planteado hacer poesía con algunos de tus textos??? Creo que muchos de ellos quedarían mejor, tienen ritmo, musicalidad y, por tu forma de escribir, creo que serían muy propicios para ello.

No obstante me alegra tu empeño.
Un saludo y ánimo.

 
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