Se han ido. Se fueron y ni siquiera se dieron la vuelta para mirarme, ni un poquito solo, nada. Se han ido y no miraban atrás. Yo esperaba al principio que recapacitaran, luego me hubiera bastado un gesto, una explicación a lo sumo, un arrullo o en todo caso un trébol fresco que masticar, y entonces sí, entonces se van, pero yo no me entero, porque me quedo masticando y cuando me doy cuenta ya es tarde y me aguanto.
Pero así, de esas maneras, tan contentos y radiantes, con sus maletitas de mago, con sus vestidos de gala y esas sonrisas de fin de semana. A los Alpes franceses, ahí se fueron, todo contentos, solo hago acto de aparición en comuniones y fiestas de cumpleaños, eventos de poco aforo para entretener a los niños y algunos mayores, entonces todos me ríen las gracias, lindo me dicen, relindo, pero claro, a Francia, eso queda lejos y no me llevan, y todo porque vienen unos señores magos de lejos, de muy lejos.
Quizá a mitad de camino se acuerdan o cambian de idea, quizás se ponen tristes o preocupados, y se dan media vuelta a la altura de Gerona, pero claro, esto es muy raro, porque la chistera no la olvidaron, se la llevaron con ellos, con el baúl de aparición y los grandes aparatos, conozco ese juego, luego aparecen las bailarinas del cielo y todos aplauden, ¿tú crees que se fueron?, cómo puede ser, no me harían eso, no de esa forma, si a mí me gusta Francia y en los Alpes hay muchos tréboles.
Pero así, de esas maneras, tan contentos y radiantes, con sus maletitas de mago, con sus vestidos de gala y esas sonrisas de fin de semana. A los Alpes franceses, ahí se fueron, todo contentos, solo hago acto de aparición en comuniones y fiestas de cumpleaños, eventos de poco aforo para entretener a los niños y algunos mayores, entonces todos me ríen las gracias, lindo me dicen, relindo, pero claro, a Francia, eso queda lejos y no me llevan, y todo porque vienen unos señores magos de lejos, de muy lejos.
Quizá a mitad de camino se acuerdan o cambian de idea, quizás se ponen tristes o preocupados, y se dan media vuelta a la altura de Gerona, pero claro, esto es muy raro, porque la chistera no la olvidaron, se la llevaron con ellos, con el baúl de aparición y los grandes aparatos, conozco ese juego, luego aparecen las bailarinas del cielo y todos aplauden, ¿tú crees que se fueron?, cómo puede ser, no me harían eso, no de esa forma, si a mí me gusta Francia y en los Alpes hay muchos tréboles.
4 desvaríos:
Mire usted no se preocupe, vengase para casa que acá tengo unos tréboles de tres hojitas que me dejó mi dueña, muy ricos y tiernos, por cierto. Hay arroz y patatas.Y unos buñuelitos que podemos recalentar, también. Venga. Casita del bosque número 7, esquina Ilusionistas.
Con cariño y respeto,
La conejita.
PD: Traiga vino
A mí también me gusta Francia ahora, porque antes no había estado en el Pirineo francés, donde hay muchos tréboles, y la magia se va contigo cuando te vas. Un abrazo desde Zaragoza y la nostalgia.
No, solamente estamos escondidos.
podrían llevar al conejito
- si cabe en un sombrero!
lo mínimo:
traerle una maleta de tréboles
y una foto de las montañas
y una coneja
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