
A mí me gusta la señorita Amparo. Creo que a ella también le gusto un poco porque me rasca la cabeza cuando me levanto a preguntarle si puedo ir al baño. Voy mucho al baño porque así tengo que pedirle permiso. Los otros niños no saben que ella huele a pan de leche y a camposanto. Mañana me acercaré a su mesa y le regalaré mi colección de canicas. Entonces me rascará la cabeza y me dirá todas esas cosas bonitas. A mí me gusta mucho la señorita Amparo, mucho más que cualquier otra cosa, más que mis canicas y que arrancarles el rabo a las lagartijas. Yo creo que a ella también le gusto un poco, así que de aquí a unos días, le tiraré del pelo y esconderé su estuche de lapiceros dentro de mi caja de gusanos de seda. Que no crea que lo va a tener tan fácil.
Imagen: ©
Snailbooty
9 desvaríos:
Que buena historia!
Tal como la contaria un niño, hasta me imagino su coleccion de canicas... y el rostro de la srta Amparo al recibirlas...
Felicitaciones por tu publicacion, te lo tienes bien merecido.
Un Abrazo!
jo, este no me ha gustado mucho. A lo mejor es que no lo he entendido. Pero que sepas que te sigo leyendo!
Besitos
S.
Me gusta más la primera versión
Wowwww que historia !!! Y que descubrimiento para mi es haberlo encontrado !!... La amiga Cecilia lo recomienda. Ahora entiendo porque. Si no es molestia lo apuntare en mis indispensables.
Le regalo una sonrisa.
me gusto mucho...
saudades
Te cambio cien canicas de color por tu profesora-musa.
Enhorabuena por el texto.
Saludos desde la ciudad deshabitada
Precioso! Me ha encantado.
Me encanta, es tremendo :)
yo todavía guardo mi colección de canicas
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