martes, 1 de agosto de 2006




Dormía en la cama donde siempre había dormido con su mujer. Seguía ocupando el lado izquierdo del colchón, como si la mujer ocupara el derecho. La verdad es que, a pesar de estar muerta, de alguna manera todavía lo ocupaba, porque todas las noches, quizás en sueños, lloraba a su lado, lo acariciaba, le decía que era desdichada sin él y que lo esperaba ansiosamente.

O si no, decía:
-No olvides que tu mujer te espera. Abro los brazos para recibirte.
Y también:
-Morir no es horrible; lo horrible es estar separados. No tardes.

Después de mucho tiempo llegó el día en que el viudo conoció en un club a una muchacha. Esta lo acompañó a su casa y se quedó a vivir con él. La primera medida que tomó la muchacha fue cambiar el viejo colchón por uno nuevo. La muerta no persistió en sus visitas.

(Adolfo Bioy Casares)

Publicado por Puzzle a las 16:59
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4 desvaríos:

Anónimo dijo...

Bravo por Bioy y por Puzzle!, te sigo de cerca y seguiré haciéndolo.

Besos

Anónimo dijo...

Y el... ¿No agradecía las visitas?
Abrazos

Anónimo dijo...

Todos necesitamos la ayuda de alguien para olvidar lo que nos hace daño.

Txe Peligro dijo...

gracias por recordarlo.

un saludo

 
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