martes, 31 de mayo de 2005


Por lo que más quieras Nicolás, por tu madre que soy yo. Suéltalo ya. Desde el primer día supe que habías venido a este mundo para darme una hartada de disgustos, a lo mejor porque viniste del revés a la hora del parto y querías salir a devorar la vida antes de tiempo, siete meses después de aquella tarde de siesta con tu padre (que Dios lo tenga en su gloria), y mira que me costó sudor y lágrimas sacarte de mis entrañas , que casi me revientas por dentro. ¿Y lo que llorabas? , asustabas al vecindario y a la santa de tu abuela, que si no fuera por ella yo estaría ingresada , seguramente sin juicio y sin alma, en cualquier institución de mala muerte. Pero los designios te mandaron así como revuelto y madre no hay más que una.

Así que te rompías la cara miles de veces con los niños de la escuela , tus dedos experimentaban con todos los enchufes que encontrabas a tu paso y atormentabas a los gatos del barrio con piedras y cascos de botella vacíos. Cómo te gustaba respirar cerca de los botes de pintura hasta que se te nublaba la vista , luego perdías el sentido (el poco que te quedaba) y cuando te reanimaba, como en un ataque de locura genial, manchabas las paredes o los suelos con los colores del arco iris. Yo aguardaba en vela , con el corazón en la boca, esperando a que un guardia te devolviera al cobijo familiar después de tres días con sus tres noches sin aparecer por casa ni por clase de Don Felipe.

Por eso te pido , por tu padre que en paz descanse, que sueltes el bote, que te he dicho mil veces que no son caramelos, que son pastillas que tu madre se tiene que tomar para sobrellevar mejor la vida que le ha tocado en suerte, y que si no me matas de un disgusto me moriré de pena o de un aire en el pecho, que una no está para tanto sobresalto. Suéltalo ya Nicolás, por lo que más quieras. Por tu madre que soy yo.

Publicado por Puzzle a las 11:25
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7 desvaríos:

Anónimo dijo...

La de veces que yo misma hubiera escrito algo así. Menos mal que casi siempre compensa tener "trastos" canijos como el de tu historia.

Un saludo.

Anónimo dijo...

Menudo bicho de niño... me ha hecho recordar algunas de mis travesuras infantiles, mi madre persiguiéndome por el pasillo con esa misma frase en los labios... Buenos tiempos aquellos, pero suerte que pasaron, y crecimos, y dejamos de dar disgustos y sustos, al menos de esa índole...

Un beso

Anónimo dijo...

Pues a pesar del tono agridulce...me ha parecido hasta gracioso imaginarme todas esas travesuras infantiles que tan bien conocen todos aquellos que tienen "retacos" a su alrededor...
p.d. creo que el buen tiempo te acompañará en tu viaje a canarias!

Anónimo dijo...

jo...últimamente todos tus posts tienen un color un poquito gris.... que seguro que alguna alegría le daría a esa madre, alguna sonrisa inesperada o alguna tarde de tranquilidad.

.Cecili* dijo...

Llegué a esta página por un comentario tuyo, que agradezco doblemente, por tu mensaje y por haberme guiado hasta aquí.
Y si que hay niños así. La voz de la madre y su desesperación por un poco de tranquilidad, el cansancio reflejado, y la cantidad de imágenes organizadas brevemente, son realmente para felicitar!.
Te dejo saludos, y seguiré visitandote!

Anónimo dijo...

Es increible la capacidad que tienes para darle el tono de humor a los post que, como desvariaban por ahi, ultimamente son un poco tristes. Aunque para mi, son los mejores.
Saludos

gonzalvo dijo...

Gracias a todos por los comentarios. No son historias tristes, me gusta pensar que son irónicas. Esta en concreto la tenía escrita hace bastante tiempo y la he recuperado con alguna modificación.

El regustillo que deja puede ser considerado triste, o nostálgico, pero en cualquier caso es la vida misma. Me gusta la acidez.

Un abrazo.

 
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