domingo, 15 de mayo de 2005


Suele pasar que con las prisas, no nos detenemos en lo pequeño: dos de las razones por las que cada vez encontramos menos tiempo para la ternura. A lo mejor porque todos vamos un poco a lo nuestro y queremos salvar el pellejo, no sabemos muy bien de qué o de quién. Puestos a salvar, a veces elegimos los trastos rotos, lo que no nos sirve, lo más estúpido, lo que menos vale y que de repente consideramos que está por encima de lo demás, incluso de los demás. Trastos que deberíamos dejar para el mercado de las pulgas.

Para las definiciones soy malo de solemnidad, me muevo mejor entre sensaciones. Punto. Con la excusa o en mi descargo diré que a veces una definición sólo nos sirve para estrangular algo que difícilmente puede ser explicado , pero la realidad es otra: no me alcanza para definir la ternura. Posiblemente tenga que ver con mirar a lo pequeño, sin prisas , con cristales de colores, sin tomarnos tan en serio , que ya la cosa de la vida bastante nos jode el invento. Por eso lo de las prisas y lo pequeño. Además, ¿quién en su sano juicio querría perder el tiempo en ternura si vivimos subidos en una montaña rusa y a veces en la ruleta?.

Publicado por Puzzle a las 23:37
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3 desvaríos:

gonzalvo dijo...

Tenéis que ir a ver la película "Tapas". Entonces se termina de entender el post.

La Niña Boomerang dijo...

Yo ya la ví... y fui incapaz de describirla en el blog. Hay que verla. Para los reticentes, ya dijo el director en Lo + Plus el otro día... "Es una película de José Corbacho, pero no se nota".

Anónimo dijo...

Necesitaba leer esto.
Este post en especial me encanta y recoge mucho mis emociones actuales. Pienso que, como dices, nos hace falta fijarnos y dar importancia a "esas pequeñas cosas". El mundo no es mágico por sus líneas generales, sino por esos pequeños detalles y por la ternura.

Ro

 
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