domingo, 17 de abril de 2005


Quiero una banda como la de Quique González y no es que renuncie a la mía (que me encanta) sino que uno siempre envidia lo que no tiene , y yo no tengo la banda de Quique y él no tiene la mía, así que posiblemente Quique envidia otras bandas pero no renuncia a la suya que le encanta.

Le tenía muchas ganas al concierto de anoche, el asunto viene de lejos, desde que Alberto (La Ley) me habló mucho y bien del chico con cara de buen tío que lleva encima más peligro del que uno pensaría que tiene, que prende un cigarro entre canción y canción y que comanda con tablas y empaque (ya sea al piano o a la guitarra) a sus conserjes de noche. Luego romperá las cuerdas de la acústica a los cinco minutos o dedicará una lenta a esa estrella de rock que apura su vaso en un rincón de la barra. Pienso a ratos que si leyendo a Bukowsky nacen letras como “Salitre”, será cuestión de ir haciendo hueco en las estanterías (todos sabemos que el proceso no es exactamente ese, pero me gusta saber quién lee a quién y por dónde van los tiros) , aunque mi envidia no llega a tales extremos y finalmente uno se queda con lo que tiene, intentando disfrutar de lo que hacen los demás y queriendo aprender de las carencias y las querencias. Sin imitar.

Publicado por Puzzle a las 1:36
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1 desvaríos:

Anónimo dijo...

Resulta que a un amigo le propusieron como posible novia a la novia de este chico (Q.G.)(cuando aún no era su novia, supongo)

Evidente y desafortunadamente para mi amigo, el encuentro nunca se produjo.

 
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