miércoles, 8 de septiembre de 2004


Anoche me brotó un cráter en el pecho y mi cirujano piensa que no hay remedio para tanta víscera desparramada. Le he pedido un diagnóstico más certero, pero ha puesto cara de póker. El cráter toma dimensiones inesperadas y mi cirujano no quiere oír hablar de cateterismos ni suturas.

Lo que está claro es que la herida no tiene muy buena pinta.

Publicado por Puzzle a las 17:49
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2 desvaríos:

Anónimo dijo...

Déjala que respire,que entre en contacto con el aire y no te encuentres a ti mismo mirándola muy a menudo. Esa herida hoy puede parecer un volcán que agoniza, o si nos ponemos un continente que se fractura y nos aleja a los unos de los otros. Pero tal vez todo su poder radica en lo que te hace sentir, ese espantoso dolor del dedo amputado. Pues bien,no hay que hacerle ni caso, la zona cero acabará despareciendo,con un gesto de sorpresa en su boca redonda, cada vez más pequeña, más ridícula. Ya lo verás.

Anónimo dijo...

Me parece que detrás de las heridas, mantienes un cierto toque irónico que me gusta ver. Es como si te enfrentaras a las cosas que no te gustan, con la boca ligeramente torcida pero sonriente.

¿Me equivoco?

 
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